Esta joven de Torrelavega nos recuerda con su obra la precaria relación que mantiene el ser humano con la naturaleza, en un mundo globalizado y donde cada vez es menos consciente de la importancia y dependencia que tenemos con el entorno, por lo que ella trata de hacer un ejercicio que enfatice la necesidad de preservarlo y cuidarlo.
Para ello parte de la idea del cuerpo, tomando el pecho femenino como eje central. "El pecho es el encargado de alimentar al bebé, de dar vida a otro ser" -dice ella. Tomando ese concepto como hilo conductor de su obra, trata de que el propio cuerpo explore el espacio de una forma sostenible, equilibrada y respetando otras formas de vida.
Ese torso femenino creador de vida acogerá pequeñas aves para facilitar su convivencia en el entorno. Es a la vez una representación de la madre tierra como símbolo de maternidad y así mostrar la interdependencia con las demás especies.
Graduada en Arte por la Universidad del País Vasco con master en arte contemporáneo, tecnológico y performativo, es pluridisciplinar con la pintura, la fotografía y el cine. Sus obras gozan de una gran personalidad.
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